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Los tipos de hombres que las mujeres deben evitar

Si buscas a tu pareja perfecta, asegúrate de no cometer el error de enamorarte de alguien que después termine decepcionándote.

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No todo lo que brilla es oro, sostiene un antiguo dicho popular que bien podría aplicarse a ciertos tipos de hombres que, más temprano que tarde, dejan al descubierto los detalles más desagradables de su personalidad. Y si bien es cierto que todos merecen una oportunidad, también es verdad que hay personajes de los que más vale huir a tiempo.
El sitio liguin.com entrega una lista de los 10 tipos de hombres que las mujeres debiéramos evitar:
1. El hombre con mamitis. Este tipo de hombres necesitan el consejo de su madre casi para cualquier cosa. Son incapaces de tomar decisiones sin antes hablar con su progenitora. Transforman sus relaciones en algo secundario y descuidan totalmente a su pareja, la mamá se vuelve parte de la relación y poco se puede hacer.
2. El hombre sirviente. Este tipo de hombres son extremadamente serviciales, al principio su caballerosidad es agradable, con el tiempo se convierten en un verdadero dolor de cabeza y estorban más de lo que ayudan. Son choferes de tiempo completo y tapetes cuando así se les requiera.
3. El mantenido. Algún día esperan tener la fortuna de traer dinero en los bolsillos, se hacen llamar víctimas de las circunstancias. Siempre olvidan la cartera, nunca encuentran el dinero, con ellos las excusas salen sobrando.
Son especialistas para nunca tener que pagar ni un centavo. Se aprovechan del amor de las mujeres para convertirse en zánganos. La "mala suerte" los persigue y esperan que su oportunidad les llegue algún día. Van de relación en relación porque no hay bolsillo que los aguante.
4. El inseguro. Muy similar al sirviente. Los inseguros apenas pueden creer que alguien los quiera, cuando logran tener pareja, decir  "Te Amo" es parte de su vocabulario cotidiano. Son capaces de humillarse con tal de ser correspondidos, no les importa ser pisoteados. Aturden los oídos y nunca saben decir que no.
5. El chantajista. Su frase favorita es: ¿Ya no me amas?  Manipuladores por excelencia, gustan de sacar provecho y obligar a sus víctimas para que actúen de una forma determinada.
Utilizan el miedo, la culpa y la presión como una muestra de su "amor". En realidad, lo único que les importa son ellos mismos y sus propias necesidades, hacen lo que esté en sus manos para cambiar los planes y siempre logran que se les pida una disculpa.
6. El almade la fiesta. Para ellos las fiestas no son exclusivas de los sábados por la noche, es un estilo de vida con el cual se comprometen en serio. Estos hombres son el condimento perfecto de todas las reuniones; nunca pueden faltar y siempre están dispuestos a cancelar los planes (de su pareja) con tal de hacerse presentes.
7. El musculoso. Visualmente atractivos y con una fortaleza mental basada en sus músculos. Pasan horas delante de un espejo contemplando sus pectorales, tienen horarios poco flexibles, su instructor es su guía espiritual. Playeras sin mangas y tennis son el atuendo cotidiano.
8. El hombre hot. Sexo y más sexo, todo el tiempo están calientes. Su único razonamiento es pensar de la cintura hacia abajo. Aunque al principio pudiera ser grandioso, esta conducta la aplican con todas las mujeres; así que no esperen ser las únicas.
9. El macho man. Estos no buscan una pareja, sino una sirvienta de 24 horas. Son prepotentes por naturaleza, creen que tienen el derecho  de controlar la vida y el comportamiento de su pareja.
En un principio son encantadores y dulces, incluso tiende a confundirse con "Amor", pero  en el fondo no tienen consideración alguna por las necesidades, ideas y sentimientos de la mujer. Mucho cuidado con este individuo, se tienen que cumplir siempre sus deseos y caprichos, su reacción puede ser violenta.
10. El complaciente. Estos hombres viven bajo un intenso miedo, son sumisos y abnegados de corazón, no se avergüenzan de recibir órdenes por parte de su pareja y jamás muestran señales de  inconformidad hacia ellas, siempre hacen lo que se les ordene, aunque no les guste. Se vuelven empalagosos y exageradamente complacientes,  dejan de ser hombres con tal de tener feliz a su pareja.