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Tu celular, ¿bueno o malo para el “amor”?


Celular de amor
Hemos llegado a un estado de consumismo tal, que muchos creen que las necesidades (menos las primarias) no se crean. Usted podría pensar que, por al calor, es obligatoriamente necesario tener aire acondicionado en la oficina, pero sucede que en la construcción de esas cuatro paredes y en la fabricación de los materiales con que se hicieron, intervino la mano del homo sapiens.

Si me preguntaran cuál es una de las maravillas del siglo XX en materia de adelantos, diría que la comunicación inalámbrica. Con la existencia previa de otro tipo de comunicación a distancia, el desarrollo de la telefonía inalámbrica era cuestión de tiempo. Ahora bien, no hay nada tan bueno, tan bueno, que no tenga nada malo, y viceversa. El celular ahorra dinero, tiempo, inconvenientes, salva vida, permite un mejor contacto entre las personas, sin importar distancia ni obstáculos, pero éste también tiene sus bemoles.
Aunque el celular es una necesidad creada, muchos sienten que la vida sin ese aparatico sería imposible. Casi todos pensamos: ¿y si tienen que localizarme ante una emergencia y no llevo mi celular? Pero sucede que las emergencias y los percances existen desde que el hombre es hombre. Si ocurría algo, a uno sencillamente lo localizaban por vía del teléfono tradicional, ubicándolo en lugares donde se supone concurría, o sencillamente esperaban que llegara al lugar del hecho o a uno más localizable.
Uno de los aspectos que habría que evaluar, teniendo en cuenta todas las aristas, es si el celular ha contribuido en mejorar las relaciones de pareja, o si por el contrario hace más daño a las mismas. El celular permite a enamorados, novios y esposos mantener una comunicación más fácil y consistente, pero por muchas razones, también podría desatar un infierno.
El celular contribuye con los celos. Dicen que muchos hombres arremeten contra su pareja, luego de husmear en su celular. Por igual, muchas mujeres saben que al hurgar en el aparato de su hombre, pueden encontrarse con no muy gratas sorpresas.
El celular permite localizar a la pareja. Si hay algo que da pique a un hombre, es una mujer que viva ubicándolo dondequiera que él se meta. Pero si para el varón es una situación incómoda, la mujer no soporta a un tipo perseguidor, que la atosigue, que no le pierda ni pie ni pisá, y que repita una llamada en el tiempo transcurrido en ella salir del baño e ir a la cocina.'
El celular evita las molestosas llamadas al teléfono residencial. Pero cabe aclarar que, al sonar mucho un celular a determinadas horas con los cónyuges en casa, también levanta sospechas. Ocurre lo mismo cuando el aparato se apaga o recibe muchas llamadas supuestamente equivocadas.
Celular se escribe con C de Control. Por otro lado, hay hombres (situación que casi no ocurre con las damas) que regalan un celular a su pareja. La mujer que lo acepte, debe prepararse, pues ése es un método de control que puede pasar de lo sutil a lo grosero. Antes, si llamaban a una persona a su casa u oficina, simplemente podría escabullirse, ya fuera diciendo que no estaba o no contestando el “cuernófono”. Con el celular (sobre todo si es regalado) es más difícil, pues si no se contesta ello levanta más sospechas.
Si a todo esto sumamos las ventajas que incluyen los llamados teléfonos inteligentes (Smartphones), habría que analizar muy profundamente si el maravilloso aparatico hace más bien que mal (o viceversa) a la relación de pareja. Cabría señalar aquí el último aspecto, con una pregunta muy espinosa: ¿Contribuye el celular en “pegar los cuernos”? Los usuarios son los más indicados para responder esta inquietud.